jueves, septiembre 25, 2003

CAMINITO DE LA ESCUELA

Anoche soñé con mi maestra Mayra E., la E. siempre fue para todos una incógnita, e intentabamos descifrarla como al mapa de un tesoro, se oía tan espeluznante, siempre ibamos por ahí preguntando a los mayores que era lo que significaba, pero todos guardaban el mas leal de los silencios. Yo me enteré un día que utilizando mi muy ensayada cara de hija buena y modosita conseguí sacárselo a mi madre, pero bueno, que si lo digo la más letal y horrible de las maldiciones podría caer sobre mi, y vivir el resto de mi vida en un mundo de ecuaciones algebraicas, ahhhhhhhhhhhh,no por Dios que me dan escalofrios.

Desde el día que pise aquella escuela primaria los ojos escondidos detrás de aquellas gafas se clavaron sobre mi, como un gancho de cuello y no me soltaron hasta que me gradué, digamos que fue mi etapa mas áctiva gracias a ella, porque bondadosa que era creía que yo era buena para todo, lo que me convirtió en el mil usos escolar durante aquellos años, fuí poetisa, oradora, maestra de ceremonias, actriz de teatro escolar y guiñol, así como representante intelectual de todas (y con todas me refiero a TODAS) las materias de clase, desde Educación para la Salud hasta Historia.

Siempre vigilando, siempre acechando, siempre allanando el camino para el día en que llegara a sus manos, y el último año estaba ahí, sentada en primera fila con un lapiz en las manos, a partir de entonces todo fue educación a marchas forzadas, entre mi madre y ella hicieron de aquel ciclo el mas provechoso de toda mi existencia, con sus exageraciones porsupuesto, ya que pretendían que tambien participara en un concurso de pintura al oleo, y oigame usted, que yo no se delinear ni la república mexicana, y hay constancia de eso.

Para cerrar con broche de oro mi recorrido por la primaria ya tenían todo planeado, llevarse el trofeo de niño distinguido a nivel zona, a mis costillas porsupuesto, era competencia dia tras dia, era la presión de ganar puntos, de estudiar toda la mañana, y toda la tarde después de clases, era pulirse cada instante, y al final tuvieron lo que querian, un diploma a la calidad académica del mejor alumno a nivel estatal.

Sin lugar a dudas después de mi madre es la mujer que mas admiro sobre la tierra, siempre pendiente de mi desde mis cuatro años, siempre en mis enfermedades, siempre levantandome del suelo cuando me caía por parecer caballo desbocado en el recreo, siempre protegiendome y defendiendome, consiguió boletos de primera fila para que fuera a ver a mi ídolo Ofelia Guilmein, una primera actriz si señor, logró que se nos regalara un viaje a la ciudad de Mazatlán como premio a nuestro esfuerzo.

Su regalo especial fue un vestido color beige, con un lazo rosa fushia atado a la cintura para que pudiera asistir a mi graduación, porque en ese entonces yo era mas pobre que un niño en Irak, así que ahi estaba yo con mi vestido de olanes y mis flores en el cabello bailando el vals con mis zapatos nuevos, era una ocasión de mucho sentimiento que no pude resistir, era mi último día en aquel lugar que tanto amaba, por único día se me iba permitir a pesar de que era mi absoluto derecho, ir en la escolta de la bandera en la ceremonia oficial, ya que debido a mi estatura mas que diminuta desentonaba horriblemente, también se me haría un reconocimiento público por mi trayectoria y me entregarían un trofeo.

Y para cerrar el acto saldría yo declamando una poesía kilometrica y muy trágica, estaba tan emocionada, tan feliz y tan triste al mismo tiempo, que los nervios hicieron presa de mi, así que cuando me subí al escenario dije dos palabras y mi mente se puso en blanco, literalmente no recordaba ni como me llamaba, veía todas las caritas espectantes, mis compañeros, padres de familia, maestros, todos con sonrisas esperando mi actuación, y yo como estatua de piedra, para mi fue eterno pero en realidad fueron segundos los que transcurrieron hasta que mi ingenio natural hizo su aparición y tuve la brillantisima idea de: Desmayarme.

Claroooooo, genial, y haciendo gala de mis dotes histriónicos procedí a desvanecerme y azotar en el piso como vaca, todo friamente calculado, lo que siguió fue un total alboroto, el conserje que estaba cerca de mi me levantó en brazos y salió corriendo, todos los maestros gritaban, me ponían alcohol en la nariz, me abanicaban, gritaban pidiendo un médico, y yo ficticiamente desmayada, cuando escucho la voz de mi madre que dice -Calma que yo me hago cargo, cuando abrí un ojo y vi el mundo lo primero que encontré fue a mi madre y mi maestra E. con cara de - ERES UNA PAYASA, pero yo soy formal y jamás lo admití, jamás.

El único mérito que me queda de eso es que todos lo demás lo creyeron, una semana después cuando fuí a comprar a la tienda, la señora tan candida ella, me dice: -Rosarito, que tuviste un ataque al corazón???? Jaaaaaa, y luego como se hacen los chismes.

Maestra E., que sepa que aún queda dentro de mi mucho de la buena educación que usted me dió, no soy un caso perdido, aún tengo salvación, y gracias, por todo.

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