Seis treinta de la tarde y 46 grados centigrados, esto es peor de lo que Dante nos contó, el infierno ha evolucionado mucho desde entonces, y mas para los mortales comunes y corrientes que tenemos que hacer uso obligado del transporte público, que es la muerte.
45 minutos en un camión de esos y terminas en estado vegetativo, con los ojos en blanco y jalando aire con todas tus fuerzas, se te pone una cara de perro, y hasta ganas de morder te dan.
Luego las once cuadras que tienes que caminar para llegar a casa bajo ese sol que te deja mas chamuscada que un carbón, yo venia literalmente con la lengua de fuera, arrastrando los pies, ese camino fue el mas eterno de toda mi vida, me parecieron siglos, y los coches que pasaban a toda velocidad arrojando ese vientecito caliente, y ningun hijo de puta se compadeció de una pobre chica deshidratada que para colmo su color favorito en la ropa es el negro, es que hay que ser tarugo pa vestir de negro en esta época.
Y yo cabilaba, porque a veces aunque usted no lo crea lo hago, porque el santo creador del cielo, la tierra y todas las cosas, no le mando este clima del demonio a los noruegos o isalndeses, que mira que ellos son güeritos y les hace falta un poco de color, pero noooo, en contra de toda la buena lógica universal nos lo mando a nosotros que ya de por si somos prietos, y con esto vamos a terminar tan negros como memin pingüin.
Yo ya estoy hasta la madre, QUIERO VIVIR EN ALASKA!!!
lunes, julio 14, 2003
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