Ha sido mi compañero por dos años y a pulso se ha gando el mote, y es que a cada quien lo que merece, también se ha ganado otros que ahora no vienen al caso, hasta antes de ese tiempo no lo conocía gran cosa, apenas lo había visto un par de veces en la vida, en vacaciones de verano, pero cuando dije adios a mi ranchusco, el me abrió las puertas de su casa, si a eso se le podía llamar casa, me ayudó a conseguir trabajo, y aquí estamos, juntos aún.
Si te cuidas de no entrar a su dormitorio y contaminarte con alguna materia radioactiva, tu vida está a salvo, algunas veces uso mi mascarilla antigas, tan popular por estos lares, y corro a robar su plancha, mas rápida que Shitara, algunas veces he estado a punto de cortarle la cabeza por dejar cosas verdes y pegajosas que quieren tragarme en el lavatrastes, por lo demás vivimos en paz.
Ayer al llegar de un día de "arduo" trabajo, porque yo siiii trabajo, y que me demuestren lo contrario, había invadido mi espacio territorial, estaba instalado en mi cama con chucherias regadas por todas partes, viendo una peli en mi ordenador, cuando le dije que me diera espacio para sentarme, me miró con ojos de indignación y vocifero -Si tu te crees que por que este es tu cuarto, estoy viendo una peli en tu ordenador, y refrescandome con tu refrigeración, puedes darme órdenes estas muyyyy equivocada. Y entonces pensé, quien puede luchar contra eso???
La tortura mental y física que recibi a continuación me valdrá un psicoterapeuta, (que vaaa después de estos dos años ya soy inmune), yo aunque no lo parezca soy una persona tranquila, que me gusta atender a lo que veo y escucho, pero quien puede concentrarse en lo que sale en la pantalla si tiene a un gorila de 1.80 brincando y golpendo tu brazo cada vez que un coche era destruido, y mira que fueron bastantes ya que era Terminator 3, cualquier súplica, razonamiento o alarido amenazador eran inútiles, el hombre estaba como un endemoniado, ni me dejaba ver, ni me dejaba escuchar y mucho menos pensar.
Así que utilizando el mayor tacto posible le dije - Muyyyy bien, me tienes harta, si no te callas de una buena vez te dare un chingaso que te retorceras por dos semanas. Pero sorprendentemente, dijo algo con sentimiento, claro en ese lenguaje obscuro y sinuoso del que solo son capaces los machos, - Oye prima, si no te chingo la mente a ti, a quien se la voy a chingar?? Porfavor, si no me aguantas tú, me vuelvo loco.
Ahí supe la verdadera historia que anida en su muy retorcido corazón, la bestia peluda...me quiere.
Aún estoy impactada.
martes, julio 22, 2003
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario