jueves, septiembre 11, 2003

EL PADRE DE DIOS Y YO

Estaba yo ayer muy despreocupadamente vagando por el paraíso (es decir, mis horas no laborables) y de repente que me encuentro con el padre de Dios quien me saludo con un efusivo "Hola" y yo le dije Quihubole compadre, que andas haciendo por aqui??, -Pos aquí nomas de huevón, -Aysss compadre,si eso todo el tiempo hombre, oyeme tu a ver si ya te pones las pilas y metes en cintura a tu pinche hijo, no veas la de desmadres que se carga allá en la Tierra.

Entonces fue cuando el pobre individuo se puso a contarme las penas negras que ha pasado con su "dizque" hijo, que según sus propias palabras, traduzco literalmente "le resulto un hijo puta", yo ya aca en confianza le dije, -Chaleee compadrito, ya la neta dime de donde lo recogiste, porque tu no eres muy decente que digamos, pero tampoco eres tan cabrón.

Y pues ahi estuvimos un rato mi compadrito y yo, charlando de temas propios de todo padre de un Dios, que si Bush y el Papa son pareja (cosa ante la cual el señor papa de Dios se asombro mucho, por lo cual yo no quise enterarlo de las bajas pasiones que hay entre su otro hijo, el Zeus, y su compa el Poseidon, uyyy si se ve cada cosa por debajo del mar) que si Sadamm esta celoso, que si Bin Laden es un niño frustrado, que si que chingados es el euro, que si con que se come el SARS, que el poder erótico de los protozuarios, en fín, que en eso estabamos cuando a San Pedro le atacó otra vez el mal de orin, y mi compadrito se tuvo que ir casi corriendo.

Ya cuando estaba en eso de la partida que me dice, Oye comadre, a ver que día me doy una vuelta por México y nos echamos otra platicadita, pero yo mas rápida que inmediatamente le digo -Pues mientras tu venida no sea tan desastrosa como la del Cortez y me pase lo de a Cuauhtemoc, entonces mi compadre que es tan indiorante el pobre me dice -Cuauhtemoc, que Cuauhtemoc???, y yo -Chale compadre, ya ni la chingas, que ya no te acuerdas del plumifero del cuauhtemoc??, mira mañana te pasas por mi blog y ahi voy a hacer el favor de iluminarte con mi sabiduria.

Así que como no estamos hablando de cualquier cabrón, sino de mi compadre el padre de Dios, voy a pasar a contarle la historia de mi añorado Cuau.

Este Cuauhtemoc es un güey medio añejo, de la familia de los Aztecas, primos de los Zapotecas y enemigo de los Toltecas, era medio mamón el güey porque siempre andaba lleno de plumas en la cabeza, y de colores para acabarla de chingar, tambien era medio impúdico y promiscuo porque le valia madre andar casi enseñando el culo con el minitaparrabo que se ponia, y aparte se metía con primas, hermanas, tías y cuenta que su madre se salvó porque corrió.

El caso es que era un niño mimado hijo de papi, y pues como tenía lana llegó a ser el mismisimo rey de los aztecas, pero para su mala suerte que le cae la invasión encima, se le dejaron venir los güeritos con sus caballos y sus cañones, todos al mando de Hernán "el hierro caliente" Cortez, y pues nada que como no sabia ni madres de guerras pues los invasores se apoderan de la ciudad, que en aquel entonces se llamaba Tenochtitlán, ahora mejor conocida como "chilangolandia" o D.F. para los mas educados.

Pues ahi esta que el Cortez este se instaló a vivir en el palacio real, fijense ustedes que confianzudo, y pues la historia nos cuenta que estaba desesperado por encontrar el tesoro de Moctezuma, que se la pasaba interrogando a todo el mundo con tehuacan por la nariz, al mas negro estilo policia judicial, y que si escarbaba aqui y alla, pero la verdad es que en el palacio habia un pinche mal olor a pies que no se aguantaba, y el pobre españolito creia que habia algún pinche animal muerto por ahí, por eso se la pasaba busca que te busca.

Como el Cuauhtemoc le bajaba las novias a sus amigos, pues estos le tenian mala fé, y le fueron con el chisme al Cortez de que al de las plumitas le olían las patas, entonces este ni tardo ni perezoso que se lanza a sacarlo del calabozo, y de paso se llevaron a un güey ahi que dizque el Señor de Tacuba por ebrio y escandaloso, y que los suben a la piedra del altar, entonces el Cortez le dice -Ahora verás indio cochino, se te va a quitar el pinche olor a patas asi tenga que quemartelas, y venga que se las mete en una olla de aceite hirviendo, pero ni crean que el Cuauhtemoc se inmutó, andaba bien arribota con el peyote que se comió.

El que si andaba que se lo cargaba la chingada era al Tacubeño, que chillaba y gritaba como niña, entonces el úlitmo emperador azteca "Aguila que cayó" (o sea Cuautemoc) le dice: Es que acaso crees que yo estoy en un lecho de rosas???. Ajuaaaaaaa ay ay ayyyy, esos son hombres.

Desde entonces nos llaman "indios pata rajada", pues como no nos iban a quedar rajadas después de la quemadota que nos pegaron.

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