No encuentro el cenicero, ni mi movil, ni el control remoto del televisor, estoy aqui sentada esperando las malas noticias.
Se repite la historia de hace dos años, otravez mi madre las trajo hasta mi, otravez no se que hacer, la frialdad de algunos me desquicia, -Es que no sirve de nada preocuparse, que logras asi??. Pues nada, no logro nada, pero tampoco puedo evitarlo,no puedo estar aqui fumandome un cigarro y dejar de pensar que una de mis adoraciones esta muriendo, solo, en una tierra tan lejana a mi, tan lejana a toda posibilidad. Y que hago?? yo nada, yo soy nada, yo soy nadie, de eso se ocupan los mayores, los que tienen la responsabilidad, porque no puedo llamar?? porque no puedo dar una alternativa?? vamos, porque yo soy joven y que puedo saber yo.
Estaba dormida en mi cama, cuando sentí su presencia junto a mi, abrí los ojos y ahi estaba llorando, -Tu abuelo esta muy mal, han llamado de Tijuana que no tiene remedio ya, voy a irme a verlo. No lo asimile, jamás, eso era imposible, me levanté y le dije -Yo voy contigo, fuimos a conseguir dinero, a avisar al cuartel militar que comunicaran a mi tío, y a llamar por teléfono todo el día. Por la noche partimos hacia un lugar que nunca habíamos pisado, sin saber como llegar, sin saber lo que ibamos a encontrar.
Diecisiete horas eternas, con mi madre y mi tía llorando en el asiento próximo, y yo con un nudo en la garganta, tan enorme que no me dejaba respirar, no se puede ir así, imposible, y quien me hará reir ahora, quien me martirizará las costillas, quien me dirá tizona y patas de venado, no puede pasar,no.
Cuando llegamos después de tres trasbordos, imaginabamos lo peor al ver la multitud de gente reunida en la pequeña casa, un funeral, seguro, cuando el coche paró mi abuela y mi tía venian corriendo al encuentro, -Es mentira, es mentira, esta vivo. No se que pasó después, solo me quede ahi sentada por minutos, llorando, como no había llorado nunca, me hacía mucha falta desahogarme, mi viejo de la sonrisa hermosa estaba ahí, enfermo pero vivo.
Y si algo puede definir el caracter de ese Señor, fue cuando llegue hasta el, donde estaba recostado y lo abrazé, me miró, me abrazó y me dijo -No que no venías gueyona; que más podría decir alguien como él.
Hoy lo encontraron desmayado en medio del campo, nadie ha hecho nada, solo esta ahi en su casa, recostado esperando que lleguen sus hijos, que viven a muchos kilómetros de distancia, pero yo se que volvera a hacerme sonreir, yo escuchare de nuevo ese gueyona, y esa sonrisa que me hara doler de pecho a espalda, ey tata, que tengo mucho que contarte, vamos que todavía tu nieta tiene muchas estupideces de las que te puedes mofar. Tu tizona esta pensando en tí.
domingo, agosto 03, 2003
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